¡Manténgase Informado! es uno de los principios básicos de los especialistas en economía y finanzas. En un mundo que cambia constantemente, la nueva moneda mundial es la información. El que conoce lo último en noticias tanto en el ambiente político, social, económico y financiero, tiene el poder él suficiente poder para cerrar negociaciones y transacciones con resultados completamente rentables.
Este es el tercer artículo referido a las crisis mundiales. En el presente artículo relataré como un lunes normal se transformó en una verdadera película de terror para la economía global, cuando se desplomaron los mercados de valores de todo el mundo.
El fin de estos artículos sobre las crisis mundiales, es la de concientizar a los lectores, a obtener información actual, veraz y de calidad sobre los cambios en la estructura de la economía global, ya que de acuerdo a las palabras de Thomas L. Friedman “Nos encontramos en un planeta Caliente (El calentamiento global), Plano (La caída de las fronteras por los avances en la comunicación) y Abarrotado (La sobrepoblación mundial).
LUNES NEGRO DE 1987
El 19 de octubre de 1987 una espectacular caída en los todos los mercados de valores hicieron temblar a todo el mundo. Millones de inversores se lanzaron a vender cerca de 550 millones de sus acciones en un solo día. Los resultados: 850 mil millones de dólares en pérdidas.
Estados Unidos de los 80´s
Estados Unidos era gobernado por Ronald Reagan, el gasto público en su presidencia había aumentado de forma desmesurada y la economía presentaba un saldo deficitario enorme, como consecuencia de estos desajustes, el dólar llevaba dos años experimentando caídas en su cruce frente a las principales divisas mundiales.
Aunque la sociedad no lo sentía así, los ochentas fue una década dedicada al consumo excesivo por parte de la sociedad estadounidense, las tarjetas de crédito afloraban entre los jóvenes y adolescentes de la época, las frases: “Vive el sueño”, “Vive el momento”, “Estilo de vida” o el genial “Solo hazlo”, eran muy utilizados entre las compañías dedicadas a vender productos y brindar servicios.
Un video sobre la publicidad de los años 80´s, representa muy bien todo el consumismo de la época:
El peor lunes de la historia bursátil
El día Viernes 16 de Octubre de 1987 la Bolsa de New York cierra sus operaciones del día, con un acontecimiento nunca antes ocurrido; el índice industrial de referencia el Dow Jones había sufrido una caída de 108,3 puntos, la primera caída superior a los 100 puntos en la historia del índice (El índice Down Jones (DJIA), es el más importante índice bursátil de referencia, refleja el comportamiento del precio de las acciones de las 30 compañías industriales más importantes y representativas de EE.UU.), aunque esta información es preocupante, nadie se imaginaba lo que ocurriría el lunes siguiente.
Amanecía una mañana del Lunes 19 de Octubre de 1987, con información del extremo oriente: (NBC Channel) “dos buques de guerra de Estados Unidos bombardearon una plataforma petrolera iraní en el Golfo Pérsico, en respuesta a un ataque de Irán con misiles Silkworm, sobre el barco estadounidense MV Sea Isle City. En otras informaciones (reportero NBC), los mercados de valores del oriente se desploman”
La bolsa de Melbourne (Australia), ha sufrido pérdidas desde los primeros momentos de la sesión de sus operaciones. En la Bolsa de Hong Kong se han vivido las primeras escenas de pánico, su principal índice ha caído en 11% y ha registrado un volumen de contracción muy alto, el nivel de preocupación ha llegado al punto de que las autoridades competentes de la Bolsa de Hong Kong han decidido suspender (por primera vez en su historia) sus actividades por una semana. Singapur ha vivido por su parte una jornada similar y los principales índices europeos han empezado a mostrar gran cantidad de ventas y fuertes pérdidas.
La campana suena marcando el inicio de una nueva jornada en la Bolsa de Nueva York y el índice Down Jones empieza caer. Transcurrido los primeros 30 minutos, el volumen de ventas asciende ya a los 50 millones de acciones. Los precios continúan bajando de forma lenta y sostenida
Después de la primera hora de negociaciones, han cambiado de manos 140 millones de acciones, un volumen sin precedentes para llevar solo 60 minutos de operación y el índice Down Jones continúa en bajada.
Poco después llega el cierre de los mercados europeos; Los mayores descensos se han producido en las bolsas de la City en Londres y en Zurich con caídas inéditas que rondan el 11% en ambos casos. Frankfurt y París bajan más de un 9%, mientras que Estocolmo y Copenhague retroceden un 6%.
Son las 13:40 horas de un día largo, comienzan a verse fuertes ventas en los mercados de futuros de Estados Unidos ante el rumor de que el presidente de la SEC, David S. Ruder, podría haber mantenido una conversación telefónica con John Phelan, presidente de la Bolsa de Nueva York (NYSE), para que se suspendieran las negociaciones en la bolsa.
Alan Greenspan hace dos meses ha sido nombrado presidente de la Reserva Federal de EEUU (FED), ese lunes volaba a Dallas (Texas) para acudir a una reunión de la Asociación de Banqueros Estadounidenses.
Cuando aterrizó, Greenspan preguntó qué había pasado con la Bolsa y un ayudante le dijo que había bajado “cinco, cero, ocho” y el presidente de la Reserva se mostró satisfecho porque entendió que sólo había caído 5,08 puntos, pero la cara del asesor le reveló que en realidad había caído 508 puntos.
La FED empezó a elaborar un plan para ofrecer una red de seguridad a los bancos al afirmar su “disposición como fuente de liquidez para respaldar el sistema económico y financiero”.
Mientras el número de ventas de acciones siga creciendo, los precios de los mismos continuarán bajando (reflejados en el índice Down Jones), y si continúan bajando, los inversores y accionistas no podrán recobrar su dinero invertido en estas acciones y tendrían pérdidas millonarias, por otra lado las compañías que tienen todo su capital y patrimonio en acciones participando en la Bolsa, perderían absolutamente todo, quedarían en bancarrota.
Existe otro temor: Si no existe suficiente liquidez, no podrán cambiar las acciones por dinero, la liquidez de la Bolsa está garantizada por el Sistema Bancario de Estados Unidos, pero si todos deciden vender sus acciones y retirar su dinero, los Bancos no tendrán suficiente efectivo para cancelar estas operaciones. Este es el punto al que nadie desea llegar, ya que todos saben que si el mercado de valores cae, junto con él, cae toda la economía, sería un golpe mucho más duro que el “Crack de 1929”, que dio inicio a la gran depresión.
A las 14:00 horas en el Despacho Oval de la Casa Blanca, se recibe una llamada de John Phelan presidente de la Bolsa de Nueva York (NYSE), solicita permiso al presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, para cerrar las bolsas. El presidente Reagan no admite dicha solicitud, por lo que los mercados deben seguir abiertos.
Son las 16:00 horas, por fin la jornada en la Bolsa de Nueva York termina, se cierra el mercado con fuertes descensos. El Down Jones ha sufrido un desplome de 22.61%. El volumen de ventas ha ascendido a 604 millones de acciones. El lunes negro del 87, anuló en una sola sesión bursátil, buena parte de las ganancias que se habían acumulado durante cinco años de subidas continuadas en la Bolsa de Nueva York.
Hizo que los cimientos de la mayor bolsa del mundo Wall Street, se tambaleasen por el pánico de millones de inversores que se lanzaron en masa a vender sus acciones. En este primer día los inversores habían perdido cerca de 550.000 millones de dólares.
Todos los noticieros y periódicos hablan sobre el desplome de la Bolsa, algunos titulares fueron los siguientes:
“El crash del 87: las acciones se desploman 508,32 puntos entre el pánico vendedor. El porcentaje de caída es superior al del 29.”
(Wall Street Journal)
“¡CRASH! El día más negro de Wall Street golpea a la nación.”
(New York Post)
“¡PÁNICO! El Dow se hunde 508 puntos.”
(Daily News)
Adjunto un video que muestra toda la tensión vivida ese día
Martes 20 de Octubre de 1987
En la Bolsa de Tokio, durante las primera horas del día se suspende la cotización de 247 de los 250 mayores valores del mercado. Los inversores venden sus acciones, contagiados por el pánico que se había experimentado el día anterior en la bolsa neoyorquina.
Los precios no paran de caer y llevan a la ruina a más de un inversor. La gente está desesperada. En unas horas se ha volatilizado gran parte de sus ahorros.
Se decide cerrar la Bolsa de Tokyo, esto no es una buena noticia. El índice Nikkei se ha desplomado un 14,90%. Otras plazas bursátiles experimentan depreciaciones similares, incluso peores. El índice ASX de Melbourne cierra la sesión con unas fuertes pérdidas del 25%. La bolsa de Hong Kong, por su parte, continúa cerrada.
Para intentar calmar los ánimos, poco antes de la apertura de la Bolsa de Nueva York, Alan Greenspan pronuncia un discurso en el que dice que “la Reserva Federal, en su responsabilidad como banco central de los Estados Unidos, está dispuesta a proporcionar liquidez para apoyar al sistema económico y financiero”.
Son las 9.30 am y la Bolsa de Nueva york se alista a iniciar una nueva jornada en Wall Street, Las bolsas europeas están asistiendo a caídas sin precedentes, en una jornada de auténtico pánico desencadenado por el crash del día de ayer en Nueva York y la crisis en las bolsas bursátiles asiáticas.
La campana suena finalmente en la bolsa de Nueva York, y comienza las negociaciones, a pesar de los comentarios que surgieron el día anterior respecto al posible cierre de los mercados; Gerald Corrigan presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York (FRBNY), y otros miembros de la FED se muestran reacios a que se interrumpa la negociación en las bolsas, ya que piensan que eso causaría un pánico aún mayor que podría provocar un efecto bola de nieve que dejaría muy mermado al mercado.
Esta es la razón que les lleva a intentar que el presidente del NYSE, John Phelan, no vuelva a llamar a la Casa Blanca solicitando que se suspenda la sesión. Este último se muestra muy preocupado porque si el mercado continúa cayendo, el dinero de los miembros del NYSE podría evaporarse. Teme que otra caída pueda incrementar aún más el miedo entre los inversores.
A las 11:00 se inicia una nueva oleada vendedora. Se viven nuevamente momentos difíciles y numerosas acciones son suspendidas de cotización. Comienzan a verse escenas de pánico. Muchos inversores se encuentran atrapados y no pueden vender sus títulos. Los encargados de introducir órdenes de compra y venta de acciones, no quieren ponerse al teléfono, están desesperados. Los brokers comienzan a recibir una avalancha de órdenes de venta, pero no pueden hacer nada, no hay compradores.
Los teléfonos no paran de sonar en las oficinas de las sociedades de inversión; los clientes preguntan por qué no se ejecutan sus órdenes de venta. Los brokers no saben qué responder.
Grandes firmas, como Salomon Brothers o Goldman Sachs, están llamando a la Bolsa de Nueva York (NYSE), solicitando que se cierre el mercado. Las acciones y opciones se encuentran prácticamente paralizadas.
Se ha suspendido la negociación en el Chicago Board Options Exchange (CBOE), en el Chicago Mercantile Exchange (CME), así como en las opciones del Major Market Index (MMI). En este momento el presidente de la Bolsa de Nueva York vuelve a llamar a la Casa Blanca con la intención de pedir permiso al presidente Reagan para cerrar las bolsas, mientras que el Dow Jones está experimentando una nueva caída.
Mientras tanto el gobierno de Estados Unidos y la Reserva Federal de EEUU (FED), arman un plan de salvataje, para ingresar dinero al mercado.
A las 12:38 horas los inversores de la Bolsa de Nueva York se quedan nuevamente confundidos, nadie sabe que está pasando, Los precios comienzan a subir y empieza a aparecer mucho dinero.
La subida comienza a hacerse cada vez más fuerte. ¿Quién está comprando y por qué? Los inversores se muestran sorprendidos al ver la fuerza de la recuperación. El dinero ha vuelto a aparecer en el mercado, pero ¿de dónde procede?
Los traders comentan que se ha podido ver un extraño movimiento, vía Major Market Index “MMI” (índice utilizado para medir la rentabilidad de las 20 empresas de más capitalización), que ha llevado al Dow Jones a cotizar de nuevo por encima de los 2.000 puntos, en una subida de un 20%.
La Reserva Federal (FED) tuvo que intervenir para dotar al sistema financiero de liquidez, inyectado dinero al mercado y así evitar estrangulamientos en las operaciones.
Poco antes del cierre se experimenta una fuerte corrección. El último cambio del día del Dow Jones queda marcado en los 1.841 puntos, un 5,88% por encima del cierre del lunes.
Al día siguiente todo había pasado. La tormenta de ventas había terminado y dio paso a la calma en forma de compras de acciones y productos derivados. Después de estos dos inolvidables días, el mercado volvería a la normalidad.
Causas de la crisis
Hasta el día de hoy no se tiene una causa oficial de lo que ocurrió, en realidad existe un grado de misterio sobre los hechos que dieron paso a la crisis. Pero lo que sí está claro es que fueron factores políticos y económicos que desencadenaron el crash del 87, a continuación hare referencia a los más importantes:
– El enorme déficit fiscal estadounidense, gracias a un gasto público elevado.
– La constante devaluación del dólar frente a otras monedas; una semana antes las autoridades alemanas proponían un incremento de sus tasas internas de interés, lo cual originó un anunció del secretario del Tesoro de los Estados Unidos de propiciar una mayor devaluación del dólar frente a las monedas europeas.
Los inversionistas creyeron esto como un rompimiento del acuerdo de cooperación económica internacional firmado en Louvre entre los siete países más poderosos del mundo (G-7), hacía apenas unos meses.
El acuerdo buscaba estabilizar el valor del dólar, mediante el compromiso de que Estados Unidos reduciría su déficit presupuestal, mientras que Alemania y Japón reducirían sus tasas internas de interés, para reactivar sus economías.
– La venta de nuevos programas de Trading (sistemas computarizados para transacciones de la Bolsa). Un congresista de los EE.UU., Edward J. Markey, había advertido acerca de la posibilidad de un crash.
– Causas macroeconómicas; las controversias internacionales sobre el cambio de divisas y los tipos de interés, así como los temores sobre la inflación.
– Razones internas; innovaciones con el índice de futuros y los seguros de cartera.
– Hay quien asegura que los mercados de futuros y opciones, y su interacción con los mercados de acciones y bonos, añadieron más fuego al “incendio” que se produjo en las principales bolsas, a través de los denominados program tradings, que realizaban automáticamente programas de arbitraje entre ambos tipos de mercado.
Lo cierto es que en estos dos días los inversores perdieron cerca de 850.000 millones de dólares.
Las pérdidas hubiesen sido mucho más altas, gracias a un alto grado de coordinación entre los organismos oficiales, las principales firmas de inversión y las grandes corporaciones que cotizan en bolsa, en muy poco tiempo se tomaron las medidas necesarias para levantar nuevamente los mercados.
Medidas como las inyecciones de liquidez, las bajadas de tipos de interés, los anuncios de recompras de acción y una actuación directa en los mercados por parte del Gobierno y de la FED.
Si existe un mercado que actúa rápidamente ante la información pública, es el mercado de valores, cualquier palabra o frase que sea publicado de las autoridades de gobierno, organismos fiscalizadores, reservas federales, bancos centrales o Gerentes (CEO´s) de las compañías que cotizan en bolsa, significa automáticamente un incremento en el precio de las acciones o una disminución abrupta de las mismas. Es por esta razón que la gente relacionada a este sector se mantiene informada minuto a minuto sobre el cambio en las tendencias de la economía interna y externa de su país.
“La información es la nueva moneda de nuestros tiempos”
Lo invito a seguir conociendo sobre la historia de las grandes crisis mundiales, en próximas publicaciones:
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